Guía
“Abraza el movimiento”
Bienvenida a la guía gratuita de rehabilitación física en el cáncer de mama.
Aquí encontrarás información y recursos que te ayudarán en todo tu proceso de preparación y recuperación.
Si nunca has hecho ejercicio, Si ya hacías ejercicio …esta guía es para ti
ATERRIZANDO: EL EJERCICIO FÍSICO EN EL CÁNCER DE MAMA →
¿Por qué debo hacer ejercicio físico?
El ejercicio físico no es sólo moverse y tener una vida activa, sino que va más allá: Implica realizar una modalidad concreta de actividad física, de manera regular y persiguiendo un objetivo concreto de mejora.
Es beneficioso que todas las personas hagamos ambas cosas: que tengamos un estilo de vida activa donde hay movimiento, y que además reservemos varios días en semana para la práctica de ejercicio físico de manera regular.
En el momento de un diagnóstico oncológico, la evidencia científica ha demostrado que es muy beneficioso el ejercicio físico, pues va a ayudar a que la persona tolere mejor los tratamientos y tenga menos secuelas. En el caso del cáncer de mama, ayuda también a reducir el riesgo de que se vuelva a producir un diagnóstico y a reducir el riesgo de mortalidad.
¿Puedo realizar cualquier tipo de ejercicio?
Durante el tratamiento por cáncer de mama y después del mismo, las pacientes se centran en estar activas. Es decir, en moverse y caminar. Aunque es beneficioso, no es suficiente: los mayores beneficios lo aportan el ejercicio de fuerza y cardiovascular.
Sin embargo, las propias secuelas de la enfermedad y las posibles limitaciones de cada persona, hace que sea difícil continuar la práctica de ejercicio, y aún más difícil iniciarse en esta práctica si antes no la hacías. Ahí es cuando surge el ejercicio físico terapéutico, guiado por un fisioterapeuta, para adaptar el ejercicio a cada persona, teniendo en cuenta sus antecedentes de salud, su historial clínico de la enfermedad y posibles limitaciones físicas o dolencias.
Por ejemplo, justo después de la cirugía por cáncer de mama no es el momento para hacer ejercicios con pesas con los brazos; o también hay que tener en cuenta si se ha recibido una quimioterapia que puede producir daño en el corazón a la hora de elegir el tipo de ejercicio y su intensidad.
Un abordaje sanitario permite realizar las preguntas y pruebas necesarias para detectar riesgos y garantizar la seguridad del ejercicio durante el proceso de rehabilitación física.
✅ Así lo respalda la evidencia científica 🤓
En resumen, siempre hay un ejercicio que puedas hacer. Para saber cuál es el que te beneficia y cómo realizarlo, es imprescindible una valoración individualizada.
¿QUÉ DEBES SABER ANTES DE COMENZAR? →
1. MODALIDADES DE EJERCICIO
Debes saber que hay distintas modalidades o formas de ejercicio según su objetivo. Vamos a detallar las más importantes en el ejercicio terapéutico:
- Ejercicio aeróbico o cardiovascular: Es aquel orientado a aumentar la capacidad cardiorrespiratoria. Estos ejercicios suelen ser mantenidos en el tiempo a una determinada intensidad, que con frecuencia es constante. Cuando se alcanza cierta intensidad, comenzamos a sudar y entramos en calor. Por ejemplo: caminar rápido, correr, coger la bicicleta.
- Ejercicio de fuerza: Aquellos ejercicios en los que usamos un peso externo (pesa, mancuerna, barra, lastre, banda elástica) o nuestro propio peso corporal para que nos ofrezca una resistencia al movimiento. Venciendo esa resistencia, conseguimos aumentar la fuerza que somos capaz de ejercer. Por ejemplo, las sentadillas o hacer pesas con los brazos.
- Ejercicios de movilidad: Son los ejercicios dirigidos a mantener o aumentar la movilidad de una o varias articulaciones. Por ejemplos, los ejercicios que se realizan con el brazo antes y después de la cirugía.
- Estiramientos: Son aquellos dirigidos a mantener o aumentar la flexibilidad del músculo, favoreciendo que el músculo “ceda” o no ponga resistencia cuando lo alargamos.
- Ejercicios posturales: Dirigidos a la musculatura que mantiene nuestra postura, así como a crear una mejor conciencia corporal.
2. INTENSIDADES DE EJERCICIO
Hay distintas intensidades de ejercicio. Lo ideal es hacer una valoración en función del ejercicio que se vaya a realizar para detectar cuál es tu intensidad adecuada:
- En el ejercicio aeróbico, determinamos cuáles deben ser tus pulsaciones, velocidad caminando o sensación de esfuerzo.
- En el ejercicio de fuerza, elegimos qué ejercicios o movimientos vas a realizar, cuántos repeticiones, con qué peso y esfuerzo.
- En los ejercicios de movilidad y los estiramientos, se elige el rango de movimiento a trabajar, las repeticiones y enseñamos qué sensaciones debes tener.
Para que tengas alguna herramienta para comenzar, te dejamos una recomendación para que puedas reconocer a qué intensidad estás realizando un ejercicio aeróbico.
- Intensidad leve: Puedes mantener una conversación mientras realizas ejercicio durante un largo período de tiempo. Por ejemplo, pasear a un ritmo lento.
- Intensidad moderada: No puedes mantener una conversación continuada, ya que tienes que parar un poco para respirar. Se te entrecorta la voz.
- Intensidad alta: No puedes hablar, sólo dar respuestas cortas. Tienes calor o rubor en la cara y además te encuentras sudando.
PASO A PASO: ANTES Y DESPUÉS DE LA CIRUGÍA DE MAMA
Aquí puedes encontrar información y ejercicios de brazos para que te acompañen en todo el proceso de la cirugía. Después de la misma, los ejercicios están pensados para aquellas pacientes que han tenido una cirugía conservadora o tumorectomía del seno. Si te han realizado una reconstrucción o implantes, estos ejercicios no son para ti y te recomendamos que leas el apartado “Reconstrucción con implantes”. Si te han realizado una mastectomía, es más probable que tengas síntomas o limitaciones del movimiento, por lo que es (aún más) recomendable acudir a un fisioterapeuta para una valoración y pauta personalizada.
¿Qué debo sentir haciendo los ejercicios?
Es muy importante que no sientas dolor haciendo los ejercicios o que no te lo aumente. Si es normal tener una sensación de estiramiento, que irá atenuándose conforme los vayas haciendo. Piensa que los videos son un ejemplo y no debes imitar el gesto: llega hasta donde tú puedas, sin forzar y sin molestias. Si no te sientes capaz de hacer los ejercicios, te preocupa la movilidad o el malestar que sientes, es muy importante que consultes a tu fisioterapeuta.
!! Y, sobre todo, no debes realizar ejercicios si presentas alguna complicación, como puede ser seroma o acumulación de líquido, infección o aumento del dolor. En este caso, siempre debes consultar a tu fisioterapeuta o profesional sanitario de referencia.
¿Por dónde empiezo haciendo ejercicio?
En esta guía, puedes dirigirte a la etapa o momento en la que estés. En cada etapa encontrarás información más detallada sobre qué ejercicios hacer y cómo manejar posibles síntomas o complicaciones.
Comenzar a hacer ejercicios de los brazos durante todo el tratamiento te puede ayudar a prevenir rigidez, falta de movilidad y debilidad en el brazo afecto. El ejercicio te ayudará a recuperar la movilidad y retomar las actividades diarias más rápidamente. Además, estos ejercicios puedes realizarlos en casa con muy poco material: Una silla, una superficie para tumbarte como colchoneta o cama, y, en algunos ejercicios, una banda elástica.
!!!Se recomienda una valoración y seguimiento por parte de un fisioterapeuta para adaptarlos y progresar.
✅ Así lo respalda la evidencia científica 🤓
Prehabilitación: antes de la cirugía
Los ejercicios orientados al brazo se pueden comenzar desde el momento del diagnóstico. De esta forma, puedes llegar con la máxima movilidad y flexibilidad posible a la cirugía. Si ya hacías ejercicio, puedes continuar con tu rutina habitual, aunque es posible que tengas que hacer ciertas modificaciones justo después de la biopsia u otra prueba que necesites llevar a cabo.
Si estás a la espera de la cirugía, te dejamos unos ejercicios para mantener y maximizar la movilidad en la extremidad superior y cuello. También te recomendamos que leas la información de la etapa siguiente para estar preparada.
Tipo de ejercicio: Movilidad y Estiramiento
Duración: 6 minutos
Frecuencia: 2 veces al día
Material: Silla, colchoneta o superficie para tumbarte y banda elástica
(si no tienes banda elástica, puedes sustituir por medias o pantis, u otra pieza de tela flexible)
Precauciones: Si padeces de algún problema de la extremidad superior y sientes molestias, se recomienda consultar a tu fisioterapeuta. Por ejemplo: si padeces de síndrome del túnel del carpo, lesión de tendones del hombro, dolor de codo o muñeca, etc.
Recomendaciones:
- Ejercicio aeróbico: Puedes continuar con la actividad que estuvieras realizando, o comenzar con una actividad sencilla, como caminar a una intensidad suave.
- Ejercicio de fuerza: Puedes continuar con la actividad que estuvieras realizando. Si nunca la has realizado, es necesario realizar una valoración para evitar lesiones y elegir la dosis adecuada.
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Si has recibido tratamiento previo (como la quimioterapia) o deseas realizar ejercicios de intensidades moderadas-altas, es indispensable una valoración previa.
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Es probable que justo después de la cirugía, te faciliten en tu hospital algún folleto o pauta para ejercicios de movilidad del brazo. Así mismo, puede ser que tu cirujano o cirujana te haya dado una pauta concreta si has tenido algún tipo de complicación. En cualquier caso, debes seguir cualquier pauta personalizada que te hayan dado.
Aquí te mostramos unos ejercicios básicos posturales y de movilidad para activar la musculatura y las articulaciones. Es bastante probable que en este momento tengas dolor y te hayan prescrito analgésicos.
Tipo de ejercicio: Movilidad y postural
Duración: 4 minutos
Frecuencia: 3 veces al día (mañana, tarde y noche)
Material: Silla, colchoneta o superficie para tumbarte y banda elástica
Precauciones: Si tienes puntos absorbibles o drenaje, espera a que te lo hayan quitado. Recuerda que los ejercicios no deben aumentar el dolor y que debes consultar a tu profesional sanitario de referencia ante cualquier complicación. En las siguientes semanas (segunda, tercera y cuarta) se pueden ir incorporando actividades como caminar ligero o subir escaleras, y algunas tareas del hogar suaves.
Recomendaciones:
- Ejercicio aeróbico: No se recomienda justo en esta etapa. Sí estar activa y que haya movimiento suave durante el día, según como te encuentres y cómo sea tu estado.
- Ejercicio de fuerza: !! No se recomienda en esta etapa.
👩🏼🏫 Anotación: Después de una cirugía puedes sentir dolor e inflamación en la zona. Si el dolor es muy intenso y se acompaña de aumento de la temperatura, acumulación de líquido o fiebre, debes acudir a tu profesional sanitario de referencia para descartar infección u otra complicación.
Segunda semana tras la cirugía
Tipo de ejercicio: Movilidad y postural
Duración: 6 minutos
Frecuencia: 2 veces al día (espaciado en el tiempo)
Material: Silla
Precauciones: Recuerda que los ejercicios no deben aumentar el dolor y que debes consultar a tu profesional sanitario de referencia ante cualquier complicación y/o sensación de pesadez en tu brazo.
Recomendaciones:
- Ejercicio aeróbico: Retomar la actividad física suave o ligera. Por ejemplo, caminar en bloques de 10 minutos.
- Ejercicio de fuerza: !!!!!! No se recomienda en esta etapa.
👩🏼🏫 Anotación: Una vez que se hayan retirado los puntos y siempre que no haya ninguna complicación, tocar la zona y realizar masajes suaves para estimular la piel te pueden ayudar
a disminuir el dolor si la cicatriz está muy sensible, además de flexibilizar y movilizar los tejidos.
Tercera semana tras la cirugía
Tipo de ejercicio: Movilidad y postural
Duración: 6 minutos
Frecuencia: 2 veces al día (espaciado en el tiempo)
Material: Silla o colchoneta o superficie para tumbarte
Precauciones: Recuerda que los ejercicios no deben aumentar el dolor y que debes consultar a tu profesional sanitario de referencia ante cualquier complicación y/o sensación de pesadez en tu brazo.
Recomendaciones:
- Ejercicio aeróbico: Puedes ir sumando minutos semanalmente en tu actividad ligera (como caminar) hasta alcanzar los 30 minutos diarios.
- Ejercicio de fuerza: !!!!!! No se recomienda en esta etapa.
A partir del primer mes
- Ejercicio aeróbico: Se recomienda comenzar con actividades de intensidad moderada, como caminar con energía, bicicleta o tareas domésticas más intensidad (dependiendo de cómo estén los brazos, y de la actividad).
- Ejercicio de fuerza: Se recomienda comenzar con el ejercicio de fuerza. Para ello, es necesario una valoración para poder elegir los ejercicios adecuados y realizar las modificaciones que sean necesarias. Para mejorar la función, la intensidad debe ser moderada.
Si has recibido tratamiento previo (como la quimioterapia) o deseas realizar ejercicios de intensidades moderadas-altas, es indispensable una valoración previa para conocer tu capacidad cardiorrespiratoria, capacidad funcional y fuerza muscular.
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La natación puede ser una buena opción si te gusta y se ha curado la herida, pero no se recomienda si estás en tratamiento con radioterapia o quimioterapia.
Durante la radioterapia
Es muy importante mantener los ejercicios si vas a recibir o estás recibiendo radioterapia. Este tratamiento, afecta también a las células de los tejidos sanos, por lo que es común sentir rigidez y debilidad en el brazo después de la misma.
Además de los ejercicios, es muy importante el cuidado de la piel. Es frecuente que se produzca radiodermatitis (quemadura de la piel), por lo que debes protegerte del sol y consultar a tu enfermera o profesional de oncología sobre qué productos usar para el cuidado de la piel.
En cuanto al ejercicio, debes evitar sudar. Y si tienes la piel dañada, debes tener precaución con el estiramiento de la piel. Aquí tienes unos ejercicios y estiramientos para trabajar la movilidad durante la radioterapia.
Tipo de ejercicio: Movilidad y estiramientos
Duración: 5 minutos
Frecuencia: 1 – 2 veces al día
Material: Silla, colchoneta o superficie para tumbarte y banda elástica
Precauciones: No estirar demasiado la piel si la tienes dañada. Usar ropa que eviten roces en la piel. Seguir las pautas dadas por tu enfermera o en oncología radioterápica. Si has tenido la cirugía hace menos de 1 mes y/o aún tienes limitación de la movilidad, pide cita con tu fisioterapeuta.
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No se recomienda la natación en esta etapa
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Si has tenido la cirugía hace menos de un mes, sigue las etapas de rehabilitación tras la cirugía, según el momento en el que te encuentres.
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Durante la quimioterapia
Es importante que sepas que la quimioterapia va a producir ciertos efectos secundarios, dependiendo del fármaco y de cada persona. Por ejemplo, hay quimioterapia que es cardiotóxica, es decir, puede dañar las células del corazón en mayor o menor medida. Además, la quimioterapia y la propia enfermedad hace que haya una tendencia a la pérdida de músculo. La falta de actividad física durante esta etapa facilita que la pérdida de la capacidad cardiorrespiratoria y de la masa muscular sea mayor. Por eso, es muy importante realizar ejercicio aeróbico y de fuerza durante el tratamiento de quimioterapia. Se ha demostrado que el ejercicio terapéutico hace que toleres mejor el tratamiento al tener mejor las defensas, ayuda a mantener la masa muscular y hace que te sientas menos cansada. Eso sí, la literatura científica también nos indica que debe haber una valoración previa, supervisión y un seguimiento.
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Es indispensable una valoración previa para realizar ejercicios de intensidad moderada para conocer tu capacidad cardiorrespiratoria, capacidad funcional y fuerza muscular.
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No se recomienda la natación en esta etapa. La recomendación de actividades en grupo o sitios públicos dependerá de cómo se encuentren tus defensas.
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Ejercicio si tienes linfedema
Si tienes linfedema, el ejercicio de fuerza en los brazos es clave. Debe ser supervisado, individualizado y progresivo. Además de tu rutina personalizada de ejercicio de fuerza y ejercicio cardiovascular, puedes añadir unos “snacks de ejercicio” a lo largo del día. Te dejamos un vídeo con algunos de ellos.
Tipo de ejercicio: Movilidad
Duración: 3 minutos
Frecuencia: Cuando lleves 1 hora con el brazo sin movimiento o varias veces al día
Material: Silla, colchoneta o superficie para tumbarte
Precauciones: Recuerda acudir a tu fisioterapeuta o profesional sanitario de referencia si sientas tirantez o pesadez en tu brazo, aunque no te hayan diagnosticado linfedema.
👩🏼🏫 Anotación: Puedes hacer estos ejercicios si tienes linfedema asociado al cáncer de mama, pero te recomendamos que no te límites a ellos: es esencial incorporar además ejercicio de fuerza y cardiovascular.
✅ Así lo respalda la evidencia científica 🤓
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Es indispensable una valoración previa para realizar ejercicios de intensidad moderada para conocer tu capacidad cardiorrespiratoria, capacidad funcional y fuerza muscular.
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No se recomienda la natación en esta etapa. La recomendación de actividades en grupo o sitios públicos dependerá de cómo se encuentren tus defensas.
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Reconstrucción con implantes
La recuperación tras una reconstrucción con implantes dependerá de la propia cirugía y sus posibles complicaciones y de tus propias características. También influye positivamente si has tenido una prehabilitación (preparación para la cirugía) y/o si has realizado ejercicio físico con anterioridad.
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Consulta con tu cirujano o enfermera antes de realizar ejercicio. Es posible que te sugiera otros tiempos para comenzar y avanzar.
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Es recomendable que un fisioterapeuta te de pautas específicas sobre los ejercicios.
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👩🏼🏫 Anotación: Escucha a tu cuerpo los días posteriores a la cirugía, y modifica tu ritmo si te sientas cansada o dolorida. Lo ideal, es que todo este proceso esté guiado por una fisioterapeuta.
Recomendaciones las dos primeras semanas
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Estas precauciones evitarán estirar el músculo y/o la cicatriz, o que los implantes se muevan, favoreciendo la curación en esta fase temprana:
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- Sobre el movimiento: Evita elevar el brazo por encima del hombro y/o realizar movimientos bruscos, como estirar el brazo hacia atrás.
- Sobre la fuerza: Evita de momento coger pesos o realizar actividades que requieren hacer un esfuerzo con el brazo operado, tales como apoyar el brazo para levantarte del suelo.
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Cualquier enrojecimiento, cambio de forma, aumento de la temperatura o calor, dolor intenso o dolor que empeora con el movimiento, acudir a profesional sanitario de referencia.
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Puedes hacer actividades ligeras del día a día que impliquen no elevar el brazo por encima del hombro, como asearte la cara. También es bueno que estés activa: camina de una intensidad suave e interrumpe de vez en cuando el tiempo sentada en casa.
Te proponemos unos ejercicios para evitar la rigidez y facilitar que puedas seguir el brazo en actividades suaves del día a día.
Tipo de ejercicio: Movilidad y posturales
Duración: 4 minutos
Frecuencia:Puedes hacerlos dejando un espacio de, al menos, 1 hora
Material: Silla
Precauciones: No forzar el movimiento. Llegar hasta donde puedas sin dolor o que no aumente. Ante cualquier complicación (aumento del dolor) consulta a tu fisioterapeuta o profesional sanitario de referencia. La frecuencia de los ejercicios dependerá de las sensaciones de cada persona.
Ejercicios tras las dos primeras semanas
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Consulta con tu cirujano o enfermera antes de realizar ejercicio. Es posible que te sugiera otros tiempos para comenzar y avanzar.
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Puedes continuar con los ejercicios de la semana 1 y 2. Además, te proponemos unos ejercicios para evitar la rigidez y facilitar que puedas seguir usando el brazo en actividades suaves del día a día.
Tipo de ejercicio: Movilidad y posturales
Duración: 4 minutos
Frecuencia:3 veces al día / cada 2 o 3 horas si te es posible
Material: Silla o colchoneta o superficie para tumbarte
Precauciones: Comenzar de manera suave y gradual. No forzar el movimiento.
👩🏼🏫Anotación: Es muy recomendable acudir a una fisioterapeuta en esta fase. Además de prescribirte ejercicios adaptados para ti, podrá proporcionarte recomendaciones personalizadas para tu día a día, así como resolverte posibles dudas. La fisioterapia acorta tu
período de recuperación y hará que te sientas mucho más segura y confiada con tu proceso de rehabilitación.
✅ Así lo respalda la evidencia científica 🤓
MÁS ALLÁ DEL BRAZO OPERADO: IMPORTANCIA DEL EJERCICIO GLOBAL
En esta guía te hemos ofrecido una hoja de ruta para que puedas comenzar a usar el brazo antes y después de la cirugía. Sin embargo, las limitaciones en el brazo son sólo una de las secuelas físicas del cáncer de mama y su tratamiento que pueden mejorarse con ejercicio físico terapéutico. Te mencionamos algunas de las más comunes:
Secuelas físicas del cáncer de mama y su tratamiento
- Fatiga o cansancio: La propia enfermedad y sus tratamientos producen un cansancio especial que no mejora con el reposo. Aunque pueda parecer contradictorio, este tipo de cansancio mejora con ejercicio. En la mayoría de los casos, es necesario un ejercicio adaptado después de valorar cuánto cansancio tienes y qué factores están influyendo más en que te sientas así.
- Neuropatía periférica inducida por quimioterapia: Algunos tratamientos, sobre todo algunas quimioterapias, producen daño a nivel nervioso. Esto puede ocasionar que tengas alteraciones de la sensibilidad en las manos, pies e incluso boca: sentir hormigueo, entumecimiento o pérdida de la sensibilidad. Un plan de ejercicio terapéutico puede ayudar a contrarrestar estos déficits si ya lo padeces.
- Pérdida de masa muscular: Uno de los efectos secundarios más perjudiciales es la pérdida de la cantidad de músculo que tenemos en el cuerpo. Muchas veces no va asociado a una pérdida de peso, pues al mismo tiempo que se pierde músculo, se gana grasa. El ejercicio ayuda a mantener o aumentar la masa muscular.
- Aumento del peso: Muchos cambios que se producen en el organismo durante el tratamiento y acompañado de una disminución en el nivel de actividad física favorece la ganancia de peso, fundamentalmente grasa. El ejercicio, junto con una alimentación adecuada, es un gran aliado para la pérdida de peso.
- Bajada de defensas: Uno de los beneficios más conocidos del ejercicio es que a largo plazo aumenta las defensas. Esto ayuda a afrontar mejor los tratamientos y que te sientas menos débil.
- Dolor articular: Como explicamos en el apartado de ejercicio durante el tratamiento hormonal, la hormonoterapia produce una serie de efectos secundarios a nivel articular y muscular. El más frecuente es el dolor y rigidez en las articulaciones. El ejercicio físico a largo plazo hace que disminuya el dolor y las limitaciones asociadas a la misma.
Metástasis óseas y ejercicio
Las pacientes con enfermedad metastásica a nivel óseo también pueden beneficiarse del ejercicio. Sin embargo, el tipo de ejercicio a realizar vendrá determinado por el estado de la paciente, de la enfermedad y de los síntomas que presente.
Es el o la fisioterapeuta, quien con toda la información clínica necesaria, deberá valorar con qué ejercicios comenzar, siempre con un seguimiento muy estrecho y totalmente personalizado. Es por ello por lo que no se puede dar ningún tipo de recomendación general. Lo ideal sería realizar ejercicio de fuerza y ejercicio cardiovascular, pero no siempre es posible. Y otras veces, se necesita un trabajo previo y un avance muy gradual. En estos casos, en fisioterapia es muy importante la educación al paciente, para enseñarle pautas que ayuden a tener movimiento a diario y a crear un hábito de ejercicio adaptado a sus circunstancias.
Ejercicio durante el tratamiento hormonal
Algunas mujeres son tratadas con hormonoterapia en forma de pastillas que deben tomar durante años. Si es tu caso, debes saber que el ejercicio aeróbico y de fuerza es imprescindible para mitigar los efectos secundarios de este tratamiento y mantenerlos a raya, como pueden ser: dolor y rigidez articular, dolor muscular, problemas tendinosos, cansancio, disminución de la masa muscular y disminución de la masa ósea. Si tienes algunos de estos efectos que te impiden hacer ejercicio, acude al fisioterapeuta para que pueda elaborarte un plan de ejercicios personalizados con los que puedas comenzar.
PREGUNTAS FRECUENTES
Pulsa en cada pregunta para conocer la respuesta
En esta guía se han incluido ejercicios muy suaves dirigidos a ir moviendo de manera gradual el brazo después de una cirugía por cáncer de mama. Además de esto, es muy recomendable hacer ejercicio cardiovascular o aeróbico. En este caso, se suele comenzar también de manera suave pero el objetivo suele ser intensidades al menos moderadas. Para hacer esta progresión con seguridad y adaptada a cada persona, es indispensable una valoración, no pudiendo hacer recomendaciones generales.
Existe un mito generalizado de que no se puede coger más de 1kg. Sin embargo, no está documentado científicamente un peso máximo que no se deba sobrepasar ni que coger pesos esté asociado a la aparición de linfedema.
La cantidad de peso ideal dependerá de cada persona, del ejercicio o movimiento que se elija, de las repeticiones que se vayan a realizar, etc. Por eso, no se pueden dar recomendaciones generales para todo el mundo.
Esto no significa tampoco que se pueda coger cualquier cantidad de peso y de cualquier forma: en los estudios, se elige un peso en función de la capacidad de cada paciente, tras una valoración inicial y con un seguimiento.
Puedes hacer los ejercicios de esta guía orientados al brazo antes y después de la cirugía. La única diferencia es que tienes más probabilidad de tener molestias en la zona de la axila que te limiten el movimiento y/o te generen posibles molestias. También, el vaciamiento axilar o quitar todos los ganglios de la axila aumenta el riesgo de padecer linfedema.
Al margen del tipo de cirugía que hayas tenido, también es recomendable incluir ejercicios aeróbicos y de fuerza.
Sí, aunque en este caso limitará el movimiento de los ejercicios: debes elevar o separar los brazos mientras no tengas síntomas ni molestias. Ante cualquier duda, consulta a un fisioterapeuta. Por otro lado, los ejercicios de esta guía son suaves y dirigidos al brazo. En el momento de hacer ejercicios de fuerza o más intensos, es recomendable que, sobre todo al comienzo, te den unas pautas supervisadas hasta poder realizarlos con mayor independencia.
Como hemos visto en la guía, los ejercicios dirigidos a los brazos comienzan justo después de la cirugía. Eso sí, son ejercicios dirigidos a mantener la movilidad y activar suavemente la musculatura. Los ejercicios de fuerza y cardiovascular se van incluyendo a partir del primer mes de manera gradual, y es recomendable que haya una valoración previa.
En esta guía, se ha incluido una hoja de ruta sobre ejercicios a seguir después de una tumorectomía o extirpación localizada del tumor. En el caso de una mastectomía, el estado del brazo entre una persona u otra puede variar mucho, y por eso es más difícil hacer recomendaciones generales y que los tiempos varíen. Por eso, es aún más recomendable estar guiado por un/una fisioterapeuta para ejercicios personalizados o consultar a un profesional sanitario que te haya atendido y conozca tu caso para que te pueda dar una pauta que se adapte a tu estado.
El cansancio o fatiga relacionada con el cáncer es uno de los síntomas más frecuentes y limitantes. Este tipo de cansancio se debe por muchos factores, por lo que a la hora de hacer ejercicio físico es muy recomendable la valoración de un/una fisioterapeuta oncológico/a para que valore la grado de cansancio y qué factores pueden estar influyendo. Por ejemplo, algunas personas padecen anemia durante el proceso oncológico, y su abordaje es distinto a otra persona que se sienta cansada pero no tenga anemia.